Chile 21 Desde Hualañe hasta Curico

Desde Hualañe hasta Curico

Saliendo de Hualañe, de repente encontré el viento de frente, y no del mar. Y también las colinas no más están planteadas. Están secas, con árboles dispersados, tierra amarilla, piedras. Sólo crecen acacias pequeñas, riñes, y mimosas salvajes. Lo bueno de América del sur, se queda tantos lugares salvajes y vírgenes al lado de la civilización. A veces el bosquete se cambia más denso, o con unos pinos y eucaliptos, como si se proba plantaciones. Pues la ruta pasa al pie de las colinas, siguiendo el valle ancho del río. Este es planteado, choclo, frutas, viña, trigo, y líneas de álamos, eucaliptos, mimosas, maitenes, para dar sombra, o decoración, o como setos. El lecho del río es ancho, con brazos, islas, arena, y poco agua. Se puede crucerlo caminando. A veces al fondo aparecen los volcanes blancos. Y de todo sale un ambiente suave y sereno.








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