Santa Fe
Pensaba crucer el rió por la balsa, para evitar la mala experiencia de Rosario, pero la balsa sale solo cuando hay un camión demasiado alto, ancho, o peligroso para seguir por el túnel, es decir que sea muy escaso.
Entonces me fui a la terminal de colectivos, y todo se paso muy bien. El billete cuesta 3 pesos, nada por la bici, hay colectivo cada hora, y el chofer rechazo la propina que le propuse.
Una hora después llegue a Santa Fe, en la casa de Martín, otro socio de Hospitality-club. Pues parece que mi pagina web me abre puertas. El me atendió muy bien con sus amigos. Me acompañaron para conocer el casco antiguo, me indicaron el taller de bicicletas, comimos asado por cual toque mandolina, tomamos cerveza, compartimos mucho, nunca me quede solo. Mas que salvar plata, eso es lo que espero de las redes de viajeros o ciclistas o otros, escaparme de la soledad o de los encuentros desagradables de los hoteles y hostales y camping.
Todo los que encontré antes me dijeron Sante Fe puedes evitarla, es feo, peligroso, sin nada. Yo no soy nada de acuerdo.
Santa fe tiene mucho para conocer y pasar un rato agradable. Ya la costanera empieza al puente Eiffel, sostenido por cables. De allí sale una vereda que rodea el rió, que no es el Paraná, cubierta de cerámica, a lo largo de la avenida. Esta tiene poco trafico, y por la otra vereda solo hay casas y manzanas bajas, con jardines, lo que es muy agradable, verde, abierto y tranquilo.
Además para escarparse totalmente de los coches, hay una segunda vereda a lo largo del rió, sobre la ribera misma, como 2 metros mas a bajo. El paseo tarda 9 Km, con aire fresco del rió, sombra de árboles, cielo y agua azules, vista al rió y a las playas.
Por la otra ribera son parques de recreación y campo, verde. Esta caminata se acaba por la basílica Guadalupe, blanca, de estilo gótico, con dos torres. El regreso lo hice por colectivo.
Fuimos a conocer el centro con Pipi, un amigo de Martín, que paso unos años a viajar y vivir en Europa y México, bastante interesante para compartir experiencias y aventuras de rumbo.
Se entra en el centro por la calle peatonal San Martín. Tiene bastante edificios de estilo andaluz o clásico francés, con esculturas, balcones, y decoraciones. Por una placita hay una iglesia clásica con 2 torres.
Al final llegamos a la plaza mayor, con un parque arboreto, y dos palacios oficiales, el museo de arte, amarillo y tipo español, y la municipalidad, blanca y tipo francés. Parecen de piedra pero son de adobe con cimentó. Tienen fachadas regulares con grandes ventanas, columnas, y torres cuadradas bajas, y techo redondo.
A la opuesta esta la catedral, muy antigua, de estilo clásico, con la nave de estilo templo griego, y dos torres con techo en copula azul.
De allá pasamos a otra plaza con árboles y con casas bajas antiguas, edificadas por los primeros dueños y jefes de la ciudad. Son de madera y adobe, de un piso solo, con el techo que se adelante soportado por palos de madera dando una terraza protegida del sol y de la lluvia. Sirven de museos, y a dentro son aulas con techo de madera y adobe, suelo de cerámica, la escultura de Arsene Lupin, una leyenda de ladrón famoso en Francia del principio del siglo 20, tenia mucha nobleza francesa y era muy inteligente, pues en realidad no es, un ambiente muy sencillo.
También hay una iglesia sencilla, antigua, con una torre. Pues es la primera vez que encuentro esos edificios antiguos en perfecto estado, en todo mi rumbo en Argentina, es fenómeno.
Seguimos un poco hasta otra plaza arboleda, y llegamos al monasterio San Francisco, otro edificio antiguo de mismo tipo, con un patio planteado a dentro, y la iglesia sencilla. A dentro enseñan una mesa de laminas de madera gruesa, con la huella de la garra de un jaguar, 2 cm de hondo y 30 cm de largo, que vino llevado por él rió, sobre una aísla flotante.
Al final llegamos a la laguna sur, ancha, rodeada por un paseo y árboles, y con terreno de deporte. Es el lugar de entrenamiento de los sportitas y de las chicas lindas.
Aparte del centro puro, son casas bajas, calles anchas rodeadas de árboles, todo tranquilo y agradable.
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