Alejandra
En Alejandra es todo roto, sin agua, sin baños, sin mesas, con solo niños pobres, temía un poco entonces pedí agua a un vecino y me quede siempre cerca de la carpa y de la bici, comiendo la comida que llevo, atún, sopa, polenta por la cena, budín, queso y pan por el desayuno, mate cocido para tomar.
Después de la siesta, cada tarde toque mandolina para descansar, pero nadie venia escucharme, aparte de unos niños.
Cada pueblo tiene una capilla bonita, y calles arboledas. Por el campo, son tres tipos de casa, la típica de Argentina, con grande fachada y atrás un techo solo, otra esta hecha de tierra, con techo doble de junco, o ahora en lamina de metal, y la ultima moderna, como cual quería en lotes. Hay muchos molinos también, tanques de acero para las cereales.
Por la ruta todos me saludaron y luego en los balnearios no me hablaron, gente del campo.
Tenia el primer día apenas de viento, el segundo y la mañana del tercero viento en contra.
Por suerte en un rato por la tarde del tercero día cambio de 180º el viento y vino del interior, medio a favor y medio por el costado izquierdo, sino no cierto que llegue a Alejandra.
De nuevo en un rato cambio el viento de 90º y vino de Buenos Aires, medio por el costado derecho y medio a favor.
Como carezco de entrenamiento este año, llegue a Reconquista agotado.
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